Nacionalidad: Estados Unidos (1995)
Director: Richard Linklater
Guión: Richard Linklater, Kim Krizan
Crítica
Cerrado recientemente el espléndido
ciclo iniciado por Richard Linklater (con Before
Midnight, 2013), quizá sea el momento de rescatar esa pequeña joya que
en 1995 nos regaló este mismo director bajo el título de Before Sunrise (Antes del Amanecer).
Before Sunrise es una de esas cintas que uno comienza a ver
esperando encontrarse una película romántica más. Sin embargo, y a pesar de la cursilería
de las carátulas que podamos encontrar aparejadas a ella, desde el comienzo, y a
medida que uno va adentrándose en su metraje, va descubriendo un trabajo de
orfebrería cinematográfica de extrema calidad, cuyos elementos - guión,
actuaciones, cámara, montaje, fotografía y música - se conjugan con sutileza para acabar deleitando incluso al paladar más exigente.
Antes del amanecer es la historia de amor que todos desearíamos haber
vivido, cuya belleza, realismo y credibilidad consigue su magia gracias a una
serie de aderezos como son la improbabilidad de lo fortuito (se conocen en un
tren); la intensidad de lo efímero (todo sucede en una noche); un telón de fondo
de ensueño (Viena); y, sobre todo, gracias a unos diálogos cuya imaginativa frescura
e inteligencia te atrapan y te hacen cómplice de la química que desbordan los
dos jóvenes protagonistas. En esta película uno no siente que esté viendo a Ethan
Hawke, sino a Jessi, un joven estadounidense, alegre, culto y reflexivo, que
desprende un cierto escepticismo racional hacia aspectos existencialistas del
ser humano. Tampoco se percibe a la actriz, Julie Delpy, sino que en todo
momento tenemos la sensación de estar contemplando a Celine, una inteligente, despierta
y cultivada joven francesa, cuyos pilares racionales entran en ocasiones en
conflicto con su naturaleza soñadora. A lo largo de la película, ambos jóvenes
nos deleitan con una serie de lúcidas e ingeniosas conversaciones que ahondan,
desde la perspectiva que se puede tener a su joven edad, en los insondables enigmas
que rodean al ser humano (el amor, las relaciones entre hombres y mujeres, la
muerte, la religión, la necesidad o no de lo irracional como vía de escape,
etc). La complicidad que manifiestan ambos jóvenes será cada vez mayor, descubriendo,
como uno puede descubrir en una noche una bella ciudad, cuáles son sus anhelos,
sus miedos o sus sueños, despertándose entre ellos un sentimiento que irá
creciendo cada vez más. ¿Puede tan sólo una noche ser tiempo suficiente para saber
que esa persona es el amor de tu vida? A lo largo de los poco más de cien
minutos que dura la cinta acompañaremos a Celine y Jessi por su paseo nocturno vienés y reiremos sus ocurrencias, reflexionaremos desde su intelectualidad y nos emocionaremos con las
situaciones que vivirán. Con cada tímida sonrisa, cada esquiva y nerviosa mirada, cada
caricia o beso, sentiremos el amor que va creciendo entre ellos, y, sin darnos cuenta, egoístamente nos apropiaremos de él y lo haremos algo nuestro. Y es que, más allá de los aspectos que
comentábamos al principio de esta crítica, el gran logro del director quizá sea
éste, no hacer de Antes del Amanecer una
simple película romántica, sino ser capaz de captar la esencia del amor puro y sincero y hacerlo cine.
Yo soy un ángel irreal,
un dechado de fantasía.
Quiero que sepas lo que pienso
y ya no lo tengas que adivinar.
No sabes de dónde procedo
ni sabemos a dónde vamos
Nos alberga la vida
como el río a las ramas
que fluyen aguas abajo
atrapadas en la corriente
Yo te llevo a ti, tú me llevarás a mí
Podría ser así
¿Es que no me conoces?
(Fragmento
extraído del poema del Poeta-mendigo de la película)
Valoración personal: 8