Nacionalidad: Arabia Saudí (2012)
Directora: Haifaa Al-Mansour
Guión: Haifaa Al-Mansour
Wadja es una niña de diez años que juega a competir
corriendo con su amigo Abdullah. Cuando a Abduallah le compran una bicicleta la
competición queda totalmente desigualada, siendo a partir de este momento cuando surge el
anhelo de Wadja por conseguir una. Ante la negativa de sus padres, que consideran
que una bicicleta para una chica va en contra del decoro social, Wadja buscará
otras formas de obtener el dinero. Su inteligencia y desparpajo le ayudará en
esta empresa, aunque también chocará con la restrictiva moral tradicionalista.
Crítica
La bicicleta verde, Wadja en su título original, es la primera película oficial de
Arabia Saudí dirigida por una mujer. Me gustaría destacar de la película la
inteligencia que muestra la directora en la forma de acercarnos a la realidad
social de su país de origen. Haifaa Al-Mansour nos pone en la piel de una niña
que no entiende ni juzga las restricciones sociales hacia las mujeres sino más
allá de lo que a ella le afecta en ese momento. Sin embargo, su aparentemente anecdótica
historia sirve para mostrar retazos de la represión moral y social a la que se
ven sometidas las mujeres como consecuencia de un arraigado tradicionalismo
religioso y cultural. Wadja conecta rápidamente con el espectador, encontrando en la empatía su mejor aliado y un hilo conductor que hace que la película
no se caiga en ningún momento. Es a través de ella que asistimos veladamente a
la restrictiva educación islámica que sufren las niñas saudíes; al papel familiar
de las mujeres, que no es otro que mantener el hogar, mostrarse atractivas a sus
maridos y darles un hijo varón; o al ostracismo público al que se ven sometidas,
con una total ausencia de libertades como es el hecho de tener que ocultar su
cuerpo y rostro en todo momento, no poder dirigir la palabra a los hombres o no
poder conducir, algo esto que las obliga a depender de conductores que abusan
de su posición.
Esta temática ya la encontrábamos en otras cintas,
como es el caso de Osama, de Siddiq
Barmak (2003), en la que, también con una niña como protagonista, se abordaba la
dureza del régimen talibán afgano hacia las mujeres. No obstante, Haifaa
Al-Mansour elige una forma más sutil y agradable de acercarnos a la realidad de
su país. Wadja consigue cautivarnos con su simpatía y su desparpajo,
convirtiéndonos en cómplices de su propósito. Sin embargo, la tibieza y
naturalidad con que se muestran todos los aspectos comentados no les resta contenido
dramático, pues va dejando en el espectador un poso reflexivo que se mantiene incluso después de su visionado.
Haifaa Al-Mansour |
Valoración personal: 7
Gran crítica de esta película y gran blog. Espero poder descubrir muchas buenas películas a través de esta página.
ResponderEliminarGracias cinéfilo!! Me alegro de que te guste. Aunque este blog lo hago de forma desinteresada, qué duda cabe que estos comentarios animan!
ResponderEliminarA mí esta película me encantó cuando la ví, por su sutil muestra de una sociedad misoginia, que aprecia unos leves avances, en especial al final de la cinta. Me gustaría también destacar que esta crítica ha pasado por alto el papel de la madre, cómo tiene que trabajar, como se siente despreciada por la familia, su marido, siendo ella un elemento cuestionable y deja qué meditar sobre dónde sitúa esta sociedad el amor.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. El papel de la madre es importantísimo, y no sólo para mostrar los aspectos que bien apuntas, sino también porque posibilita el mensaje esperanzador del final de la película. El cambio social, aunque no fácil, es posible, y para ello se tienen que dar - entre otros - la conjunción de dos aspectos fundamentales: por un lado la iniciativa de insumisión de las mujeres hacia los restrictivos cánones sociales establecidos y la perseverancia en estas ideas, algo que estaría representado por Wadja; y por otro lado la chispa de la indignación que propicie la reacción de otras muchas mujeres y su apoyo a estas iniciativas, que se reflejaría en el personaje de la madre. A mí me resulta también muy interesante el papel de Abdullah, que muestra la visión de un niño todavía no contaminado por el tradicionalismo y que no hace ningún tipo de diferenciación en su amistad con Wadja. Todo lo que se cuenta en esta película, pese a su sencillez, tiene un trasfondo que invita a la reflexión, y es esto lo que la da mayor valor. ¡Gracias por tu aporte!
ResponderEliminarEstá muy bien la crítica, y qué interesante blog, a mi me gustan también las películas que tratan historias más minoritarias e intimistas.
ResponderEliminarVolviendo a la peli que criticas, a mi me cautivo también la idea tan astuta de utilizar una historia en principio "pequeña" para criticar de forma velada tantos aspectos de la sociedad saudita, y además hacerlo sin que nos resulte excesivamente duro, lo que en mi opinión hace la crítica mucho más efectiva (odio las películas excesivamente trágicas o dramáticas). He de decir que la última escena me emocionó especialmente, algo que por desgracia, muchas películas "más grandes" no suelen conseguir. Un saludo
Hola Miguel. Estoy totalmente de acuerdo contigo. La grandilocuencia y el excesivo dramatismo de algunas películas puede acabar incluso perjudicando el mensaje que quieren transmitir. Por contra, las pequeñas historias que, además de conmoverte y hacerte partícipe de ellas, consiguen dejarte un cierto poso reflexivo,acaban convirtiendo su aparente sencillez en grandilocuencia cinematográfica. ¡Gracias por tu comentario y un saludo!
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